viernes, 30 de mayo de 2008

...Gotas de mí...


¡Ohh! Diosa de la bendición,
tu gran dolor me aqueja;
es dolor de eterna maldición;
pero a la vez de gran belleza.


Es por la pasión
que fluye este ardor.
Es por tu loción
de embriagante olor.

Me ahogo yo en tinta de tu alma,
en tinta fresca por ti vertida.
Se abren las heridas de mi palma,
al tomarte con pasión, querida.


Me aferro fuertemente de un hilo,
y quedo pendiendo, sin bases, y río.
Desde mi ojo derecho cae al suelo
una lágrima que moja tu lirio.

Vida infinita tuvo tu jardín
después que llovieron gotas de mí,
pues el amor eterno la vida da así,
sin bases, con alma, dolor y gran frenesí.

Circa 2000

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