sábado, 26 de abril de 2008

Consejo de mi abuelito

Lo que les voy a contar me lleno el corazón de alegría, de calor, de ganas de llorar, de emoción... simplemente fue algo demasiado increíble y tierno. Muchos tal vez no le encuentren el sentido pero bueno, para aquellos a quienes aún significa algo ahí va:

El viernes 25 de abril, estaba yo con mi queridísima abuelita cenando en Los Antojitos. Yo había sido invitado pues había una actividad para nietos/nietas y sus abuelitos y abuelitas respectivas. Aquí les presento a mi abuelita disfrutando de una ensalada que describió como apetitosa pero muy grande para ella sola.

Entre estos opas y omas (como cariñosamente les llaman algunos), se encontraba una pareja muy singular y que apenas me senté me llamó la atención. Él, vestido con su pantalón de casimir, una camisa de botones y una jacket, combinadas con un sombrero y una cruz dorada alrededor del cuello. Ella, vestida con un vestido muy sobrio, aflorado, de estilo casi alemán.

En los ojos de ambos se notaban los años, los párpados un poco caídos, los ojos grises más por el paso del tiempo que porque fueran de ese color originalmente, las voces un poquito roncas y la piel adelgazada. La señora con un poco de artritis en sus manos y él con cierta dificultad para escuchar. Ambos de cabellos canosos, peinados a la perfección para tan importante actividad donde todos los titos y titas eran la atracción principal.

Se dirigían a la mesa, él con su bastón metálico y ella agarrada de su nieta. El señor muy respetuosamente (tal y como deberían de hacer todos aquellos que no lo hacen) se quitó el sombrero para sentarse, después de haber esperado que se sentara su esposa. Les informo,
él tiene 93 años de joven, y ella un poco más joven aún.

Pues bien, en medio toda esta historia que no les ha dicho aún nada, noté un detalle que dió pie a que les contara todo esto y a la vez, que le tomara una foto a esta pareja.

Les describo la escena: Él, se desenrolla la bufanda, se acomoda el sombrero en su regazo. Ella, se sienta y ve todo a su alrededor, mientras pone ambas manos sobre la mesa. Él, mira con ojos de niño travieso y de un momento a otro, le toca la muñeca a su esposa, rozando su piel, hasta poder tomar su mano; y en ese momento sonríe satisfecho. Ahí lo ven en esta foto.

Esta pareja tiene 70 años de casados, y al ver como él le tomaba la mano a su esposa, casi no pude contenerme de la alegría, y casi brotan lágrimas de mis ojos. Me encantaría poder vivir en carne propia la relación que tiene esa pareja.

Una vez mi abuelito me dió un consejo, 2-3 años después de la muerte de su esposa, y quiero compartirlo: Vea Luisito (así me dice él de cariño), cuando usted tenga una novia o una esposa, siempre que esté con ella hágale cariño, agárrele la mano, róbele un beso, aunque estén peleados, aunque se hayan visto todo el día; porque después, uno lamenta no haber aprovechado cada segundo que estuvo junto a ella....

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Q increíble!!!!! Es amor, de ese que cuesta, de ese que se debe chinear todos los días, definitivo, no hay nada mas q decir!!!!

Chilly // Luis Madriz dijo...

Verdad que si? Mirá, son de esos momentos donde te das cuenta de lo que se puede llegar a construir, y eso le da animos a uno... Por cierto, quien sos?

Anónimo dijo...

Sinceramente creo que el amor es una decisión que debe tomarse todos los días. Esa historia me hizo llorar, no solo por la demostración que ese "tito" (como dices) le hizo a esa "tita", sino porque me parece increible que aún existan personas tan sensibles como para poder percibir esas cosas. Creí que ya no había gente así, crei que estaba sola, pero se llena mi corazón de alegría al saber que no. Ah, por cierto, soy solo yo.

Chilly // Luis Madriz dijo...

Solo yo: No estas sola, existimos bastantes personas que creemos en el amor así (me gusta incluirme en el grupo)... Lo que pasa es que nos escondemos por miedo a que noten lo vulnerable que es nuestra coraza, porque nos alegramos con lo mínimo, y nos hieren con aún menos... Y uno está feliz con alguien que sea igual, y juntos la coraza es indestructible... No crees?

Anónimo dijo...

No lo pudiste decir mejor! Lo que pasa es que a veces esa sensibilidad duele un poco y otras asusta a la gente y por eso duele... Entonces llega el momento en el que uno se pregunta que tan rentable es ser asi, si al final solo te quedas vos con vos mismo. Por lo menos en mi caso debo disfrutar de ella (la sensibilidad) sola. Si algún día encuentro a alguien asi, podré decirte si la coraza se hizo indestructible, antes mejor no...
Por cierto, hace tiempo no te visitaba, es muy bueno lo que escribís. Saludos!

Chilly // Luis Madriz dijo...

Hey muchas gracias por visitar de nuevo! Espero tus comentarios más a menudo Solo yo, y gracias por el cumplido... Saludos!